Muerte 8:15 • (IV)

Edgar Gómez

En ese momento las campanas repicaron y un revuelo se escuchó afuera de la carpa, pareciera una fiesta del pueblo. Luisa quiso caminar hacia la puerta principal, pero trompicaba en su andar. Hacía un esfuerzo inmensurable por avanzar y no lo lograba. De pronto, volteo a su reloj y vio: “las 20:22”. El dolor de cabeza nuevamente la tomó, ahora sin parangón. Todo el sueño le llegó en ese momento… “Recuerda Luisa… el dos mil veintidós, por favor no lo olvides”, “¿Le tienes miedo a la muerte?”, “¿te das cuenta? Ni para morir tienes valor, sólo lo intentas y no lo logras”… Las voces llegaron una por una primeramente, después llegaron todas juntas y la tomaron.